¡Hola a todos!
Antes de que sigan leyendo, advierto que
la reseña incluye spoilers de los libros
anteriores.
El día de hoy les traigo la reseña del quinto libro de
la saga de Claire Randall (en inglés se le conoce como The
Outlander´s Series, retomando el título de la primera novela, Outlander
–Forastera–), la cual nos cuenta la historia de Claire, una joven que está
disfrutando de una segunda luna de miel con su esposo en Escocia cuando, cierto
día, viaja al pasado. Atorada en la Escocia del siglo XVII hace todo lo posible
por regresar a su época, pero en el trascurso contrae matrimonio con un atractivo
highlander, lo cual cambiará su vida por completo. Han pasado muchos
años desde que Claire se casara con Jamie, idas y venidas a través del tiempo, y
varias aventuras, pero finalmente han encontrado un nuevo hogar en Carolina del
Norte.
La cruz
ardiente (The Fiery Cross, 2001) se divide en
nueve partes y comienza justo donde se quedó el libro anterior
(reseña AQUÍ), de ahí que la primera parte lleve por título “In media res”,
pues nos encontramos con nuestros protagonistas despertando en mitad de un
campamento después de que la noche anterior se reunieran los clanes escoceses
que ahora radican en tierra americana. Los Fraser se despiertan y están listos
para celebrar unas bodas, pero el día no sale según lo previsto, al caer la
noche consiguen bautizar a los niños y sólo Bree y Roger se casan, aunque la
ceremonia no fuera como Jamie la hubiera deseado, es decir, con un cura
oficiándola. Y esto es sólo el principio de una novela de más de mil páginas, en
la que sucederán muchas cosas.
«Todo el mundo escoge y nadie sabe a qué llevará cada elección.»
Hay
varias
líneas argumentales: la guerra contra los reguladores (por orden de los
ingleses, Jamie debe liderar a un grupo de hombres para pelear contra los
reguladores –gente que se amotinó contra el gobierno británico para reducir los
impuestos–), la venganza pendiente con Stephen Bonnet (quien desde que apareció
sólo le ha causado múltiples desgracias a la familia Fraser) y el misterio del
oro del francés (el que el rey de Francia le prometió a Carlos Estuardo para
ayudarlo en su lucha por hacerse con la corona de Gran Bretaña). Y mientras los
personajes se ven inmersos en estos conflictos, también hay otros episodios que
no tienen que ver con lo antes mencionado, pero que tienen todo que ver con la
relación entre los diversos personajes y su visión ante lo que les está
pasando.
Ahora bien, en esta
novela veremos más de la habilidad médica de Claire, quien a lo largo
del libro hace detallados escritos sobre los procedimientos que realiza y
demás, siguiendo el ejemplo del anterior dueño (doctor Daniel Rawlings) de su diario
e instrumental; Jamie, por su parte, revelará de nueva cuenta
que tiene madera de líder y que hará todo lo que sea mejor para su familia, en
primer lugar, y para el Cerro (el cual poco a poco se está convirtiendo en una
verdadera comunidad), en segundo, además de que se las verá duras en varias
ocasiones. Claire y Jamie siguen derrochando amor y pasión el uno por el otro,
el carácter de ambos sólo se ha ido añejando y, como siempre me pasa, nunca
estoy de acuerdo con todo lo que piensan y hacen, pero creo que eso es
precisamente lo que los hace más humanos. Aparte, su faceta como padres y
abuelos me parece interesante, pues ya no sólo se trata de seguir su tórrido
romance, sino verlos más en un entorno cálido y familiar –con todas las penurias
de su contexto histórico y situación personal, eso sí.
Y
también tendremos varias partes desde la perspectiva de Bree y Roger,
quienes por fin están juntos y dispuestos a formar un hogar y, aunque todo parece
que irá bien, todavía tienen pruebas que superar para alcanzar la estabilidad. A
Bree aún la persigue su encuentro con Bonnet y a Roger no lo abandona la incertidumbre
de si Jemmy es realmente su hijo, aunque dé muestras de que no es así, en
varios momentos sale a relucir su ansiedad por tener la certeza de su
paternidad. Aunado a esto, Roger pasará por un momento crucial que marcará un
antes y un después en su vida. En lo personal, Bree me agrada, la considero un
personaje fuerte que no se contenta con quedarse sentada y no hacer nada;
Roger, en cambio, es un personaje que detesto, desde el libro anterior me cayó
mal y tras leer esta novela me cayó peor me parece un inútil con unas actitudes
bastante machistas.
Por
otra parte, en La cruz ardiente llegarán nuevos residentes al Cerro de
Fraser que tendrán mucha relevancia en las entregas posteriores, además de que
conflictos que se plantean aquí seguirán teniendo su desarrollo más adelante. Además,
hay un
personaje que regresa con información importante sobre los viajes en el tiempo
y acerca de ciertos viajeros. La idea del tiempo, el pasado y el
futuro forman son esenciales en la historia, por lo que los personajes
reflexionan de manera personal o lo discuten con los otros si existe ya un
destino predeterminado o qué tanto se puede cambiar éste a partir de las decisiones
que tomamos. Hay un momento específico en la novela en el que Jamie y Roger sostienen
un debate filosófico sobre el libre albedrío, la predestinación y el papel de
Dios en todo esto.
«–Así que tú piensas que todo está predeterminado, ¿eh? ¿Que el hombre no tiene libre albedrío? […] Si no hay libre albedrío… tampoco hay pecado ni redención, ¿verdad? […] ¿Crees que todo está determinado? ¿Estamos condenados o salvados desde el momento de nacer, sin que nada pueda cambiarlo? ¡Y eres hijo de un predicador!»
Ahora
bien, a
principios del presente año se estrenó la quinta temporada de la serie,
la cual adapta justo La cruz ardiente, pero cabe mencionar que también
retoma mucho de la siguiente novela, Viento y ceniza, así que hubo
grandes diferencias con respecto al texto escrito, lo cual no me molestó,
considero que tal como presentaron la historia en pantalla estuvo bien y que
las modificaciones tienen sentido. Sin embargo, hay una sola cosa que presentaron
de forma distinta que odié, con respecto a Roger y Bree y que sucede en el
penúltimo capítulo, para quienes ya la vieron, sabrán a qué me refiero.
En
fin, la
novela me gustó, pero no me cautivó tanto como las anteriores, aparte de que la
sentí un tanto aburrida y lenta a veces. Eso sí, lo que me sigue fascinando
es la relación de Jamie y Claire, llena de amor y pasión, sin duda es una de
mis parejas literarias favoritas y, si bien a veces me molestan un poco aspectos
de ellos, se complementa muy bien. Y aunque estoy acostumbrada a la atracción
sexual de este par y a que la autora le dé su buen espacio a lo erótico en sus
novelas, aquí hubo una parte –la de la boda de Yocasta en River Run– que
transpiraba lujuria por todos lados, no había personaje que no tuvieran en
mente meterse a la cama con su amado cada dos segundos.
«–Cuando llegue el día en que debamos separarnos –dijo casi con un susurro, y se volvió para mirarme–, si mis últimas palabras no son «te amo», será porque no habré tenido tiempo.»
La cruz
ardiente es una quinta parte que no cautiva tanto como las
anteriores, pero que pone sobre conflictos que serán trascendentales en el
futuro y que pone a los personajes en situaciones que también serán cruciales
en su desarrollo a partir de ahora, sobre todo por sus circunstancias
personales y el contexto histórico en el que se encuentran.
FICHA: GAVALDON, Diana, La
cruz ardiente, traducción de Edith Zilli, España: Salamandra, 2016, pp.
1325.
¿Algún fan
de los libros o de la serie por aquí?
¿Qué opinan
de la historia y de los personajes?
Gracias por leer <3
¡Hola! Yo empecé con la serie de Outlander y me estaba gustando mucho pero los últimos capítulos ya me decepcionaron y la abandoné. Un besote :)
ResponderEliminar¡Hola, Marya!
EliminarEs feo cuando eso pasa. En mi caso, aunque la primera temporada sigue siendo mi favorita, sigo disfrutando del resto de la historia, lo malo es que ya en estos últimos capítulos no todos los personajes me agradan u.u
Un abrazo <3