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miércoles, 1 de mayo de 2019

Reseña: Tambores de otoño, Diana Gabaldon

¡Hola, mis queridos lectores!

En esta ocasión les traigo la reseña de un libro de la saga de Claire Randall, así que aparecerán algunos spoilers de las novelas anteriores, de las cuales pueden leer su respectiva reseña haciendo clic en los títulos: Forastera, Atrapada en eltiempo y Viajera.

La saga de Claire Randall (en inglés la serie de libros toma el nombre de la primera novela, OutlanderForastera–) escrita por Diana Gabaldon, cuenta la historia de Claire, una mujer que viajó en el tiempo a la Escocia del siglo XVIII a través de un círculo de piedras llamado Craigh na Dun, para poder mantenerse a salvo tiene que casarse con James Fraser y, a pesar de que ella hace todo lo posible por regresar a su presente con su primer esposo, Frank, termina enamorándose de Jamie y quedándose con él. Por desgracia, debido a los hechos ocurridos en Culloden, ambos se separan y Claire vuelve a su época junto a Frank, con quien cría a su hija, Bree, cuyo padre biológico es Jamie, lo cual no impidió que Frank la amara como si fuera de él. Pasan veinte años y Claire viaja con Bree a Escocia –Frank ya ha muerto– y se entera, gracias a la ayuda de Roger, un joven historiador, que Jamie no murió en Culloden, así que con la bendición de su hija, regresa al pasado para reencontrarse con él. Nuevamente juntos, Claire y Jamie se embarcan en una aventura que los hará cruzar el océano en busca de su sobrino, Ian, al cual salvan de las garras de una vieja conocida. Al final de Viajera descubren que han llegado a una de las colonias inglesas, lugar donde los encontramos al inicio de Tambores de otoño, libro en el que veremos a esta pareja asentarse en Carolina del Norte.

         Nuevamente Diana Gabaldon nos regala un arma perfecta para matar a alguien de un librazo, Tambores de otoño tiene poquito más de mil páginas, pero no se hacen pesadas, la narración me sigue cautivando de la misma manera que lo hizo la primera entrega. En esta ocasión, Claire y Jamie no son el único foco de atención, puesto que Brianna y Roger comienzan a tener más protagonismo dentro de la trama, sobre todo cuando viajan al pasado, dado a que Brianna quiere advertirles de una desgracia a sus padres y su enamorado la termina siguiendo. Así que, por un lado está la travesía de Claire, Jamie y el pequeño Ian por Norteamérica hasta su destino final, el Cerro de Fraser, lugar donde finalmente harán su vida; y, por otro, está el desarrollo de la relación amorosa de Brianna y Roger y todo lo que implica, sumándole, desde luego, su viaje al pasado. Estas dos tramas terminan colisionando cuando los personajes se reúnen, y es aquí cuando el caos se desata, pues secretos salen a la luz y los personajes deben tomar decisiones que cambiaran su vida para siempre.
         Algo muy importante y que define todo lo que se va desarrollando a lo largo de la novela y que le trae graves consecuencias a la vida de los personajes, tiene que ver con un error trágico que Jamie comete al inicio de Tambores de otoño, error que le acarreara desgracias a la familia Fraser y que hará que nuestro highlander favorito se atormente con la culpa por lo que hizo. Diana Gabaldon crea personajes muy humanos, con claros y oscuros, que tienen grandes conflictos internos que van desplegando diversos rasgos de su carácter. Esto es algo que me encanta de los personajes de esta saga, aunque también es lo que hace que en ocasiones no me agraden tanto, pues no siempre coincido con su proceder o su actitud.
Eso sí, si hay un personaje que se ganó mi antipatía absoluta en esta novela, ese fue Roger, si antes me caía bien, ahora no lo aguanto y cada que sale me dan ganas de darle una bofetada. Roger hace cada cosa que me hacía querer aventar el libro bastante lejos, tiene unas actitudes tan machistas que no puedo con él, por ejemplo, cuando le reprocha a Brianna que quiera acostarse con él sin antes haberse casado, pero eso sí, está bien que él haya tenido relaciones sexuales con otras mujeres, con la excusa de que a ellas no las amaba y a Bree sí. O sea, Roger, ¿perdón? Aparte es un inútil –aunque esto lo percibí más en la siguiente entrega, que ya leí– y a veces me cuestiono si realmente estudió historia, porque daba la impresión de que no tenía idea de nada. En cambio, un personaje que sigue siendo de mis favoritos y que tiene más que asegurado su lugar en mi corazón es lord John Gray, este hombre es un amor, si bien los celos o el egoísmo pueden estar presentes en él, siempre procura dar lo mejor de sí mismo y es un retrato de nobleza, honor y bondad.
         Ahora bien, en este libro experimenté junto con Claire los rigores del viaje por Norteamérica, específicamente al principio de la novela cuando se dirigen hacia la plantación de la tía de Jamie. La descripción del calor abrasador, del sudor deslizándose por el cuerpo y la incomodidad que acompaña el usar demasiada ropa, como esta está húmeda y sucia, el acecho de los insectos, que si bien no afectan a Claire, su forma de hablar de ellos me causaba rechazo ante la situación. Todo lo cual, me parece un acierto de la prosa de la autora.
         Y, bueno, en Tambores de otoño suceden muchas cosas, hay decisiones trascendentales, se muestra la relación con los nativos americanos, la cual puede ser amigable o tensa, dependiendo de la situación, también se observa lo difícil que es empezar de cero en una nueva tierra. La relación de Jamie y Claire es distinta a la de Roger y Brianna, algo que se observa a lo largo de los caminos, el viaje en el tiempo de Claire también termina siendo totalmente distinto al de Bree; los contrastes se hacen patentes en estas dos generaciones, aunque hay similitudes y cosas que se repiten de una a otra.
         Claire y Jamie ya no son los únicos protagonistas, pero su relación sigue siendo la base de estas novelas y es bueno saber que esta sigue fortaleciendo y que las dificultades a las que se enfrentar sólo cimentan su amor.


–Mientras mi cuerpo y el tuyo vivan, seremos una sola carne –susurró. Sus dedos me tocaron el pelo, la barbilla, el cuello y los pechos; respiré su aliento y lo sentí sólido en mis manos. Después, me recosté con la cabeza sobre su hombro, sosteniéndome con fuerza y las palabras profundas y suaves en su pecho–. Y cuando mi cuerpo termine, mi alma todavía será tuya, Claire. Juro por mi esperanza de ganarme el cielo que no me separaré de ti. –El viento agitaba las hojas de los castaños cercanos y los aromas del final del verano nos inundaban: pino, hierba y fresas, piedras calentadas por el sol y agua fresca, y el olor fuerte y almizclado de su cuerpo junto al mío–. Nada se pierde, Sassenach; sólo se transforma.
–Eso es la primera ley de la termodinámica –dije secándome la nariz.
–No –respondió–. Eso es fe.

FICHA: GABALDON, Diana, Tambores de otoño, traducción de A. Dellepiane y E. Fernández, Barcelona: Salamandra, 2017, pp. 1038.

¿Ya lo leyeron? ¿Les gusta la serie de televisión?
Díganme qué opinan en los comentarios ^^
Gracias por leer <3

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