¡Hola,
mis queridos lectores! Espero que se encuentren bien y que donde vivan haya
buen clima, porque acá donde yo estoy hace un calor infernal… En fin, en esta
ocasión vengo con la reseña del que se ha convertido en uno de mis libros
favoritos de lo que va del año.
Lara
Jean tiene ascendencia coreana por parte de su madre, quien falleció
cuando ella era pequeña, por lo que su padre se encarga de que la cultura
materna siempre esté presente, como en la comida, por ejemplo. Tiene dos
hermanas, Margo y Kitty, ella es la de en medio y, ahora que Margo se ha ido a
la universidad en Escocia, quiere ser una buena hermana mayor para Kitty. Lara
Jean es una chica soñadora, creativa y
detallista, con un estilo único, a ella le gusta estar en casa con
su familia y no le agrada tener que conducir un auto. Su vida se ha vuelto un
caos desde que Margo se fue, pues Josh, su mejor amigo y exnovio de su hermana,
recibió una de sus cartas y no se siente bien con el hecho de estar enamorada de
él, sobre todo cuando parece que ahora él quiere intentar algo con ella, así
que, para evitar tal situación, se le ocurre fingir que sale con Peter.
En cuanto a Peter
Kavinsky, él es extrovertido,
divertido y leal, vive con su madre y hermano, y, pese a que conoce
a Lara Jean desde niños, el ambiente de la prepa los alejó, cuando recibe su
carta se siente muy halagado, pero más que nada porque está acostumbrado a ser
el centro de atención. Ahora bien, cabe mencionar que acaba de terminar una
larga relación con Gen, antigua mejor amiga de Lara Jean, y para no regresar
con ella y molestarla un poco, decide que le conviene mucho fingir que Lara
Jean es su novia. De esta manera, Peter y Lara
Jean se embarcan en un noviazgo con fecha de caducidad que les cambiará la vida.
La idea
de las cartas de amor que no están diseñadas para ser enviadas me
gustó mucho y me pareció un buen recurso para
iniciar el conflicto de la historia, además de que sirven para que
conozcamos a Lara Jean y a sus intereses amorosos, si bien sólo algunos son los
más relevantes. También disfruté con el cliché
de la “relación falsa” y cómo se fue desarrollando, ya que los
personajes al ser opuestos, una vez que comienzan a interactuar se nota que se
complementan y que hay química entre ellos. Me pareció entretenido e
interesante ver cómo se van desenvolviendo y en qué culmina todo, pues el final
no esperaba que fuera de esa manera; es menester comentar que ya había visto la
película y que me sorprendió ver lo diferente que concluyó la novela a
comparación de su adaptación.
Por otro lado, Jenny Han le da mucha importancia a la vida familiar de Lara Jean,
la relación con su papá y sus hermanas es muy bonita y cálida, además de ser un
pilar fundamental en su día a día y fue una grata experiencia apreciar las cenas,
las pláticas, las pequeñas riñas y la convivencia familiar en general. Aparte,
el contraste entre las hermanas Song –como se hacen llamar en referencia a su
madre– es refrescante y hace que la dinámica entre ellas se siente auténtica y
cercana.
Ya para concluir, To all the boys I’ve
loved before es una novela con una premisa interesante que está bien
llevada a cabo y que aprovecha muy bien el cliché del noviazgo falso, además de
que cuenta con unos personajes entrañables que serán difíciles de olvidar. En
lo personal, ya sabía de los encantos de Peter Kavinsky y no pensé que fuera a
caer rendidas a sus pies… pues bien, lo AMÉ; en cuanto a Lara Jean, no pude evitar
identificarme con ella en varias cosas, así que le agarré mucho cariño.
Entretenida,
tierna y divertida, con capítulos cortos que provocan que uno no quiera dejar
de leer.
FICHA: HAN,
Jenny, To all the boys I’ve loved before, United States of America: Simon
& Shuster, 2016, pp. 355.
¿Ya lo leyeron o vieron la película?
¿Cuál es su cliché favorito?
¡Gracias por leer! <3
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