¡Hola, mis queridos lectores!
¿Cómo han estado? ¿Qué tal anda el clima
en donde viven? Acá en mi ciudad hace calor, luego llueve y después hace más
calor… En fin, el día de hoy les traigo la reseña de un libro que me gustó
muchísimo. ^^
Ya había leído reseñas positivas sobre Heima es hogar en islandés (2015) de
la escritora Laia Soler, por lo que
cuando vi que la novela estaba en descuento en una feria del libro no dudé en
comprarla, sin embargo, no la leí de inmediato y la dejé un rato abandonada en
el librero hasta que cierta noche me decidí a leer unas cuantas páginas, casi
nada. Al siguiente día proseguí la lectura y ya no pude parar, la historia me
atrapó por completo y lo que menos quería era soltarla sin saber el desenlace. Heima
es hogar en islandés nos presenta a Laura, una joven que la está pasando
muy mal, rompió con su novio, el divorcio de sus padres lo lleva fatal y no
sabe qué hacer con su futuro, así que un día en el que ya no puede más, se
encuentra en el aeropuerto con la esperanza de escapar de todo y, guiada por un
impulso, compra un boleto con destino a Islandia.
«Yo no creía en el destino. No creía que nuestro futuro estuviera fijado en piedra. Creía que éramos nosotros mismos los que moldeábamos nuestro camino según nuestras circunstancias y nuestras decisiones. Sin embargo, […] las casualidades me habían llevado hasta ahí.»
Ya
instalada en Reikiavik, Laura, de casualidad, conoce a Orri, quien está por
emprender con un amigo un road trip por la isla y le ofrece que los
acompañe, ya que ella no parece estar viviendo la experiencia turista como se
debe. Laura acepta y así se embarca en un viaje transformador por Islandia junto
con Orri y Guðjon, aunque este último no parece nada
contento con su presencia, por lo que se muestra hosco y distante, mientras que
Orri se encarga de crear una sana y amena convivencia entre los tres. Cabe
mencionar que la novela está escrita en español, idioma que habla Laura, pero se
especifica que se comunica en inglés con Orry y John, cuya lengua nativa es el
islandés.
En cuanto a los personajes, Laura padece acromatopsia,
es decir, sólo puede ver en blanco y negro, sin embargo por alguna razón es
capaz de ver las auras de las personajes, de ahí que su don le permita identificar
cómo se sienten los demás, de ahí que note que Orri es coqueto y tiene una
vibra muy positiva, en cambio con Guðjon, a quien Laura llama John
porque no puede pronunciar su nombre –de ahí que él en venganza la nombre
Heima–, no es sólo que sea más serio y reservado, sino que ella se da cuenta de
que hay algo más, un aura oscura que revela dolor y sufrimiento. ¿En qué
terminará este viaje?
«El mundo sería un lugar mucho mejor si dejáramos de atarnos tanto a la lógica y nos permitiéramos creer un poco más en lo que no vemos. Quizás el mundo nos enconde sus maravillas simplemente porque no creemos en él.»
Como se trata
de un road trip, los personajes visitan varios lugares famosos de
Islandia, de ahí que cada capítulo lleve por título el sitio en el que se lleva
a cabo la acción, aparte de que incluye varias fotografías en blanco y negro
que hacen que el lector vea aquellos parajes que van deslumbrando a Laura en su
recorrido por la isla. Nunca me habían dado ganas de ir a Islandia, pero tras
acabar el libro me he quedado con las ganas de ir algún día a tan mágico y
bello país. La manera en la que los personajes, sobre todo Orri, se expresan de
Islandia y la describen al lector es algo que me gustó mucho.
Ahora bien, no
sé por qué tenía la idea de que habría mucho romance, pero no fue así, pues,
aunque se aprecia el inicio de una relación amorosa, no es el tema central. De
hecho, se le concede más espacio al impacto que tiene el haber estado en una
relación tóxica y cómo seguir adelante, además de la importancia de valorarse a
uno mismo y de que el amor no debe ir acompañado del maltrato en cualquiera de
sus vertientes. Por otro lado, la autora también se enfoca mucho en la amistad
y la muestra como algo valioso, al igual que la vida, tal como se aprecia en cada
uno de los capítulos, si bien eso no quiere decir que la obra no esté exenta de
abordar el dolor y la perdida en sus páginas. Laia Soler sabe cómo equilibrar
la alegría y el dolor dando como resultado una hermosa historia.
«Ya te lo dije el otro día: yo creo que Dios es la naturaleza, porque nuestro universo, nuestra tierra, es el principio y el final de toda vida. Y creo que cuando alguien desaparece, su alma se rompe en mil pedazos, y estos van al aire, a los pétalos de las flores, al agua de os ríos, a los glaciares, a los volcanes, a los lagos, a la tierra…»
Finalmente, Heima
es hogar en islandés es una novela que me gustó bastante, la devoré casi en
un día y la única queja que tengo es que a veces la protagonista me desesperaba
bastante, pues se comportaba como toda una drama queen –no había día
durante todo el viaje que no hiciera drama por algo–, sin embargo, eso no
impidió que leyera el libro en un suspiro. Mi personaje favorito fue Orri, el escenario islandés me conquistó
por sus fantásticas descripciones y la historia me atrapó gracias a esa manera
tan bonita en la que Laia Soler combinó la magia con la realidad, ya que hay un
elemento que se desvela hacia la mitad que me tenía fascinada e intrigada a
partes iguales. Una novela
preciosa que habla sobre el amor y la amistad, acerca de decir adiós y de
disfrutar la vida.
FICHA: SOLER, Laia, Heima
es hogar en islandés, Barcelona: Plataforma Editorial Neo, 2015, pp. 356.
¿Les llama
la atención? ¿Ya lo han leído?
¿Cuál es su
lectura actual?
Gracias por
leer <3
¡Hola! A mí no me gustó demasiado, es un libro del que esperaba bastante más pero aún así me gustaría repetir con la autora. Un besote :)
ResponderEliminar¡Hola, Marya!
EliminarTe comprendo, ojalá en la segunda oportunidad que le des a la autora con otro libro disfrutes más de su obra.
Fíjate que aunque me gustó mucho no he vuelto a leer a la autora...
Un abrazo <3