¡Hola a todos! Espero estén teniendo un
bonito día, por acá todo bien, no me he muerto todavía jeje. Y pues nada, estoy
de vuelta con una reseña, que la disfruten :)
No es un secreto que he sido poco
constante con el blog y que tengo un montonal de reseñas atrasadas, así que no
les sorprenderá si les digo que la novela que reseño hoy la leí hace un año,
con decirles que hasta me di el lujo de releerla hace poquito y, por fin, les
traigo mi opinión.
Attachments (2011) de Rainbow Rowell es
una novela que transporta al lector por ahí de 1999, cuando el miedo por lo que
podría suceder ante la llegada del año 2000 era algo que ocupaba la mente de la
gente. Lincoln tiene un trabajo nada envidiable (excepto para los chismosos y
metiches), él se encarga de leer los correos de los empleados y de verificar
que no utilicen su cuenta para mandar cosas personales o asuntos que no son
propios de la empresa, así que cuando alguien infringe las normas, les comunica
a los involucrados que más les vale volver al redil. Así va su noche a noche
(porque tiene el horario nocturno), disfrutando de su tiempo libre (aparte de
leer cosas ajenas lo otro que suele hacer es reparar alguna computadora
averiada), ganando buen dinero, pero odiando su empleo. ¿Lo peor de todo? Hay
dos chicas, Beth (redactora de críticas de cine) y Jennifer (correctora),
quienes, a pesar de los avisos de que alguien vigila sus correos, continúan conversando
como si estuvieran en la hora del café, cuentan detalles íntimos y les vale que
haya un sujeto sin cara y sin nombre leyéndolas (porque sí, nadie sabe que
Lincoln es ese sujeto), el cual se ha enganchado a lo que escriben y, para
colmo, se ha enamorado de una de ellas. ¿Problemas? Muchos, empezando por el
dilema ético de Lincoln sobre si es buena idea confesar su labor en la empresa
o el detalle de que Beth tiene novio.
Lincoln no albergaba ningún deseo que no se pudiera permitir. ¿Y
qué quería, en cualquier caso? Comprar libros de tapa dura. No preocuparse por
el dinero que le quedaba en la cartera cuando pedía la cena. Quizás unos tenis
nuevos… Y no había nada que no pudiera hacer por falta de tiempo. ¿De qué se
podía quejar, en realidad? ¿Qué más quería?
Amor, oía decir a Eve. Sentido.
Amor. Sentido. Ésas son precisamente las cosas que no se pueden planificar. Son cosas que llegan sin más. Y si no llegan, ¿qué? ¿Te vas a pasar toda la vida suspirando por ellas? ¿Esperándolas para ser feliz?
A través de los e-mails el lector, junto con
Lincoln, va conociendo a este par de amigas, aunque no lo parezca, los correos
que se intercambian dan una idea muy completa de cómo es cada una, ya que
desvelan secretos, miedos, ilusiones, etc., al final, uno las conoce tan bien
como al resto de los personajes con los que sí interactúa Lincoln a lo largo de
la novela, de hecho, creo que hasta más. Un breve esbozo de todos: Jennifer,
con una hermosa relación con su esposo, pero que no está segura de querer ser
madre; Beth, cuya vida amorosa la ha conducido a un lugar en el que no se siente
plena y que encuentra más emoción en sus fantasías que en la realidad; Doris,
una mujer mayor, viuda, encargada de la máquina expendedora y amiga de Lincoln,
siempre come con él y llega un momento en que no se sabe quién de los dos
necesitaba más esa amistad; la madre de Lincoln, a quien le cuesta desprenderse
de su niño, pese a que ya es un adulto; Eve, la hermana que constantemente
insta a Lincoln a que le dé una dirección a su vida, comenzando por salir de la
casa de su madre; Chris, estrella de una banda y novio de Beth; Sam, la ex de
Lincoln; y otros más.
A
quien mejor conocemos, claro está, es a
nuestro protagonista, tanto por lo que piensa y hace, cómo por su forma de
relacionarse con los demás. Lincoln no sabe muy bien qué hacer con su vida al
inicio de la novela, su trabajo actual no le satisface, tiene un pasado amoroso
que lo marcó profundamente y que le ha impedido crecer, porque tal pareciera
que todas las decisiones que toma son por inercia, Desde luego irá creciendo a
lo largo de la obra, pero vale mucho la pena ver cómo se da esa evolución. La
crisis que supone el cambio del milenio se asemeja a la crisis que está viviendo
Lincoln, pasar de un estado a otro, cambiar y crecer, atrevernos a ser quiénes
somos sin miedos o inseguridades.
–Me siento capaz de afrontar el futuro próximo. Esta noche, por
ejemplo. Voy a leer por placer. Mañana me tomaré una cerveza con la comida. El
sábado jugaré a Dungeons & Dragons. Y el domingo puede que vaya al cine.
Ése es mi plan.
Ahora
bien, el trabajo de Lincoln le da la excusa perfecta a la autora para
desarrollar un romance inusual, puesto que él se enamora de lo que lee, de
aquello que Beth transmite en sus e-mails, de las confidencias que le hace a
Jennifer, su forma de expresarse. La relación que plantea Rowell fue
interesante de leer, precisamente porque de inicio no se conocen de la manera
típica, pero sí hay una conexión, una atracción que se irá desarrollando y que
llama la atención porque los personajes terminan siendo una especie de
acosadores, lo cual no deja de transmitir una sensación un tanto aterradora a
una situación que debería ser romántica, dado a que al fin y al cabo se trata
de un asunto amoroso.
Más
allá del entresijo amoroso que está allí, destaco lo que Rainbow Rowell hace
con el personaje de Lincoln, cómo lo presenta y lo va perfilando, el viaje que
el lector hace junto con él, la transformación que sufre a lo largo de las
páginas. Para mí, la autora consigue crear protagonistas que no son perfectos,
están lejos de ser modelos a seguir, todo lo contrario, reflejan todo un cúmulo
de inquietudes y problemas, así como virtudes que los hacen más humanos, que
pueden causar en el lector simpatía o animadversión, precisamente por desnudar
aquellas crisis que nos atacan en algún punto y que preferimos no ver.
~~~~~
Los libros de Rainbow Rowell siempre
resuenan en mi corazón y Attachments
(2011) no fue la excepción. La primera vez que leí este libro quedé contenta
con la historia, pero lo que realmente me cautivó fue el personaje de Lincoln,
el protagonista, me sentí identificada con él en varios aspectos y, debido a
eso, sentí que era una lectura que llegaba en el momento indicado. La segunda
vez que cayó en mis manos fue porque estaba pasando por un mal momento y
necesitaba algo que me sacara del bloqueo lector, sin pensarlo dos veces supe
que esta sería la lectura ideal y así fue. Leer nuevamente Attachments fue un alivio, uno agridulce, uno para poner en
perspectiva cierta parte de mi vida. Otra vez me sentí en conexión con Lincoln,
pero ya no sólo con cómo es en un inicio, sino también con el que se encuentra
al final, el Lincoln que ha cambiado. Bueno, tengo que confesar que la segunda
vez que lo leí, fue realmente cuando más necesitaba leerlo. Gracias, Rainbow,
por todo.
Hay momentos en los que no puedes creer que algo maravilloso
esté ocurriendo. Y hay otros en los que la conciencia de que está pasando algo
increíble te inunda, completamente.
Ficha:
ROWELL, Rainbow, Attachments, traducción
de Victoria Simó, México: Alfaguara, 2016, pp. 452.
¿Les interesa? ¿Ya lo leyeron?
¿Algún otro fan de Rainbow Rowell por aquí?
Gracias por leer <3
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