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domingo, 12 de abril de 2020

Reseña: Rey Jesús, de Robert Graves

¡Hola, mis queridos lectores!

¡Feliz Pascua! Antes de que concluya Semana Santa quería compartirles la reseña del día de hoy, pues va muy acorde con estas fechas santas.


«Yo, Agabo el Decapolitano, he comenzado esta obra en Alejandría el año noveno del emperador Domiciano y la he acabado en Roma en el año décimo tercero del mismo. Es la historia del hacedor de maravillas Jesús, legítimo heredero de los dominios de Herodes, rey de los judíos, que en el año quincuagésimo del emperador Tiberio fue condenado a muerte por Poncio Pilatos, el gobernador general de Judea. […] El rey Jesús (porque tenía derecho a ser así llamado) es ahora adorado como un dios por una secta conocida como los crestianos gentiles.»


Así es como inicia la novela histórica de Rey Jesús (King Jesus, 1946), escrita por Robert Graves, la cual cuenta la vida de Jesús desde antes de su nacimiento hasta poco después de su muerte. Si se dan cuenta, en la cita con la que comienzo la reseña, hay alguien que nos está anunciando que va a escribir sobre la vida de Jesús, esta artimaña elegida por Robert Graves busca darle un toque de autenticidad a la novela, pues al elegir a un personaje cercano a esa época y circunstancias pretende dotar al relato de veracidad, de hecho, el mismo Agabo Decapolitano más adelante dirá eso mismo, que se han creado muchos rumores y falsedades alrededor de la vida de Cristo, por lo que su tarea será ahondar en la verdad y despejar todo lo erróneo que pueda haber en ella, pues él mismo comenta que tras el deceso de Jesús, sus seguidores y contemporáneos incurrieron en tergiversaciones de los hechos, así que considera menester esclarecer varios asuntos.

Agabo comienza aclarando los términos “cristiano” y “crestiano”, pues significan cosas distintas y cree que es relevante hacer dicha distinción, después aporta un poco de contexto histórico-religioso judío, algo que será una constante a lo largo del libro, conocer los antecedentes de ese pueblo y así entender por qué fue que pasó lo que pasó y, en lo tocante a la fe, explicar que existe una lucha entre Dios y la Hembra, quien representa todo lo “malo” y “pecaminoso”, pues la llegada del mesías supondría el final de esa lucha, el vencimiento de la Hembra. Ahora bien, esta pelea y todo lo negativo y malévolo que se le adjudica a la Hembra, marca que la historia que se nos está contando tenga tintes machistas e incluso misóginos, ya que dentro de esa cosmovisión que se construye, las mujeres están claramente relegadas o encarnan rasgos negativos, lo femenino pasa a representar lo mundano, lo vulgar o maligno; que, por supuesto, las hay que no, y porque así ha sido la dicotomía María/Eva que se ha manejado desde siempre, hay mujeres que son santas y mujeres que no –y cabe cuestionarse qué es lo que hace que una mujer sea considerada santa–, y aquí se ve algo de eso.
Por otra parte, también quisiera destacar que en toda la obra se hacen múltiples conexiones con otras religiones y, desde luego, con otros dioses, por lo que, aunque pareciera que lo que Agabo está documentando parezca un cúmulo de herejías, en realidad todo parece tener sentido, lo cual me hizo recordar mis clases de Historia de la escuela cuando veíamos culturas antiguas, pues es común y lógico ver las relaciones que hay entre una y otra, cómo se quita algo y se coloca algo nuevo sobre esa base, por decirlo de una manera.
La verdad es que todo lo que he mencionado hasta ahora me pareció interesante cuando lo leí, pero sí es cierto que se trata de una lectura que requiere de un lector paciente o de uno avezado en Historia y religión, especialmente de la judía, porque hay muchos conceptos y sucesos que en ocasiones se me escapaban y, pese a que el autor trata de ser sencillo, a veces yo me hacía un revoltijo. Cosa mía, tal vez. Cabe agregar que la edición incluye un mapa para poder ubicarse espacialmente en la geografía de la época.
La novela se divide en tres partes, la primera se centra en los acontecimientos previos a la concepción de Jesús y su nacimiento, la segunda muestra su infancia y educación, y la tercera se enfoca en la última etapa de su vida hasta su muerte. Si bien se busca desmitificar la figura de Jesús, sí incluye pasajes que sólo podría describir como sobrenaturales, así que la obra no está totalmente exenta de mostrar actos maravillosos y de naturaleza divina; aunque a lo mejor esas escenas sean parte de una metáfora o una alegoría, pero no creo. Eso sí, se le concede mucha atención a las profecías y a la ejecución de estas, lo cual provoca que sea un tema para reflexionar a profundidad.
Otro aspecto que se me estaba pasando por alto es la importancia que se le da al aspecto político, así que a ese contexto histórico-religioso hay que agregarle este nuevo adjetivo, ya que lo espiritual y lo político van de la mano en la novela, pues la tesis que se maneja es que Jesús no sólo era rey debido a lo divino, sino que también por derecho de nacimiento merecía ese título, él es heredero al trono por su sangre, por quienes fueron sus padres, gracias a su linaje. La herencia que recibe Jesús es una corona tanto terrena como divina.
Finalmente, Rey Jesús es una novela histórica que gracias al recurso de que un personaje con cierta autoridad va a contarla, le aporta autenticidad, también se nota que el autor se documentó bastante, muestra un contexto histórico-religioso-político que no se debe perder de vista y, aunque se trata de desmitificar a la figura del mesías, no escapa de presentar algunos pasajes sobrenaturales. La lectura, en general, se me hizo lenta, sobre todo la primera mitad, ya después me cautivó y llegué al final sin problemas –eso sí, me forcé a leer 20 páginas diarias, pero luego ya lo hacía con buen ánimo; que tampoco me favorecía mi edición, la letra es tan diminuta que es para dejarte ciega–, contiene capítulos cargados de información y otros llenos de discusiones teológicas y filosóficas, por si es algo que quieren tener en cuenta.
Si leyeron mi entrada de “peores lecturas de 2019”, se habrán dado cuenta de que Rey Jesús se encuentra en esa lista en el último lugar, pero como menciono allí, a pesar de que no me encantó y que me resultó una lectura pesada, se trata de un libro que sí tengo ganas de releer en un futuro, ya sea cercano o lejano, da igual, pues me parece que es una de esas novelas que disfruto más la segunda vez que las leo, así que en algunos años me volveré a reencontrar con él.
         Y, ahora sí ya para acabar y porque no podía terminar la reseña sin mencionarlo, Jesús fue un personaje que no me cayó bien la mayor parte del libro, ya hacia el final un poquito, pero es que no puedo con ese lado soberbio suyo; por otro lado, Judas, sí, aquel que traiciona a Jesús, me encantó y sufría con él mientras leía lo que le pasaba. Bueno, ya me despido. ¡Feliz Pascua!

FICHA: GRAVES, Robert, Rey Jesús, traducción de Carlos Peralta, Barcelona: Planeta, 1998, pp. 469.

¿Ya lo conocían? ¿Les llama la atención?
¿Cuál es su lectura actual?
Gracias por leer <3

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