¡Hola, mis queridos lectores!
¡Feliz Pascua! Antes de que concluya
Semana Santa quería compartirles la reseña del día de hoy, pues va muy acorde
con estas fechas santas.
«Yo, Agabo el Decapolitano, he comenzado esta obra en Alejandría el año noveno del emperador Domiciano y la he acabado en Roma en el año décimo tercero del mismo. Es la historia del hacedor de maravillas Jesús, legítimo heredero de los dominios de Herodes, rey de los judíos, que en el año quincuagésimo del emperador Tiberio fue condenado a muerte por Poncio Pilatos, el gobernador general de Judea. […] El rey Jesús (porque tenía derecho a ser así llamado) es ahora adorado como un dios por una secta conocida como los crestianos gentiles.»
Así es como inicia la novela histórica
de Rey
Jesús (King Jesus, 1946), escrita por Robert Graves,
la cual cuenta la vida de Jesús desde antes de su nacimiento hasta poco después de
su muerte. Si se dan cuenta, en la cita con la que comienzo la
reseña, hay alguien que nos está anunciando que va a escribir sobre la vida de
Jesús, esta artimaña elegida por Robert Graves busca darle un toque de autenticidad
a la novela, pues al elegir a un personaje cercano a esa época y circunstancias
pretende dotar al relato de veracidad, de hecho, el mismo Agabo Decapolitano
más adelante dirá eso mismo, que se han creado muchos rumores y falsedades
alrededor de la vida de Cristo, por lo que su tarea será ahondar en la verdad y
despejar todo lo erróneo que pueda haber en ella, pues él mismo comenta que tras
el deceso de Jesús, sus seguidores y contemporáneos incurrieron en
tergiversaciones de los hechos, así que considera menester esclarecer varios
asuntos.
Agabo comienza aclarando
los términos “cristiano” y “crestiano”, pues significan cosas distintas y cree
que es relevante hacer dicha distinción, después aporta un poco de contexto
histórico-religioso judío, algo que será una constante a lo largo del libro,
conocer los antecedentes de ese pueblo y así entender por qué fue que pasó lo
que pasó y, en lo tocante a la fe, explicar que existe una lucha entre Dios y la
Hembra, quien representa todo lo “malo” y “pecaminoso”, pues la llegada del
mesías supondría el final de esa lucha, el vencimiento de la Hembra. Ahora
bien, esta pelea y todo lo negativo y malévolo que se le adjudica a la Hembra,
marca que la historia que se nos está contando tenga tintes machistas e incluso
misóginos, ya que dentro de esa cosmovisión que se construye, las mujeres están
claramente relegadas o encarnan rasgos negativos, lo femenino pasa a
representar lo mundano, lo vulgar o maligno; que, por supuesto, las hay que no,
y porque así ha sido la dicotomía María/Eva que se ha manejado desde siempre, hay
mujeres que son santas y mujeres que no –y cabe cuestionarse qué es lo que hace
que una mujer sea considerada santa–, y aquí se ve algo de eso.
Por otra parte, también quisiera
destacar que en toda la obra se hacen múltiples conexiones con otras religiones
y, desde luego, con otros dioses, por lo que, aunque pareciera que lo que Agabo
está documentando parezca un cúmulo de herejías, en realidad todo parece tener
sentido, lo cual me hizo recordar mis clases de Historia de la escuela cuando
veíamos culturas antiguas, pues es común y lógico ver las relaciones que hay
entre una y otra, cómo se quita algo y se coloca algo nuevo sobre esa base, por
decirlo de una manera.
La verdad es que todo lo
que he mencionado hasta ahora me pareció interesante cuando lo leí, pero sí es
cierto que se trata de una lectura que requiere de un lector paciente o de uno
avezado en Historia y religión, especialmente de la judía, porque hay muchos conceptos
y sucesos que en ocasiones se me escapaban y, pese a que el autor trata de ser
sencillo, a veces yo me hacía un revoltijo. Cosa mía, tal vez. Cabe agregar que la edición incluye un mapa para poder ubicarse espacialmente en la geografía de la época.
La novela se divide en
tres partes, la primera se centra en los acontecimientos previos a la
concepción de Jesús y su nacimiento, la segunda muestra su infancia y
educación, y la tercera se enfoca en la última etapa de su vida hasta su
muerte. Si bien se busca desmitificar la figura de Jesús, sí incluye pasajes
que sólo podría describir como sobrenaturales, así que la obra no está
totalmente exenta de mostrar actos maravillosos y de naturaleza divina; aunque
a lo mejor esas escenas sean parte de una metáfora o una alegoría, pero no
creo. Eso sí, se le concede mucha atención a las profecías y a la ejecución de estas,
lo cual provoca que sea un tema para reflexionar a profundidad.
Otro aspecto que se me
estaba pasando por alto es la importancia que se le da al aspecto político, así
que a ese contexto histórico-religioso hay que agregarle este nuevo adjetivo,
ya que lo espiritual y lo político van de la mano en la novela, pues la tesis
que se maneja es que Jesús no sólo era rey debido a lo divino, sino que también
por derecho de nacimiento merecía ese título, él es heredero al trono por su
sangre, por quienes fueron sus padres, gracias a su linaje. La herencia que
recibe Jesús es una corona tanto terrena como divina.
Finalmente, Rey Jesús
es una novela histórica que gracias al recurso de que un personaje con cierta
autoridad va a contarla, le aporta autenticidad, también se nota que el autor
se documentó bastante, muestra un contexto histórico-religioso-político que no
se debe perder de vista y, aunque se trata de desmitificar a la figura del
mesías, no escapa de presentar algunos pasajes sobrenaturales. La lectura, en general,
se me hizo lenta, sobre todo la primera mitad, ya después me cautivó y llegué
al final sin problemas –eso sí, me forcé a leer 20 páginas diarias, pero luego
ya lo hacía con buen ánimo; que tampoco me favorecía mi edición, la letra es
tan diminuta que es para dejarte ciega–, contiene capítulos cargados de
información y otros llenos de discusiones teológicas y filosóficas, por si es
algo que quieren tener en cuenta.
Si leyeron mi entrada de “peores
lecturas de 2019”, se habrán dado cuenta de que Rey Jesús se encuentra
en esa lista en el último lugar, pero como menciono allí, a pesar de que no me encantó
y que me resultó una lectura pesada, se trata de un libro que sí tengo ganas de
releer en un futuro, ya sea cercano o lejano, da igual, pues me parece que es
una de esas novelas que disfruto más la segunda vez que las leo, así que en
algunos años me volveré a reencontrar con él.
Y,
ahora sí ya para acabar y porque no podía terminar la reseña sin mencionarlo,
Jesús fue un personaje que no me cayó bien la mayor parte del libro, ya hacia
el final un poquito, pero es que no puedo con ese lado soberbio suyo; por otro
lado, Judas, sí, aquel que traiciona a Jesús, me encantó y sufría con él
mientras leía lo que le pasaba. Bueno, ya me despido. ¡Feliz Pascua!
FICHA: GRAVES, Robert, Rey
Jesús, traducción de Carlos Peralta, Barcelona: Planeta, 1998, pp. 469.
¿Ya lo
conocían? ¿Les llama la atención?
¿Cuál es su
lectura actual?
Gracias por
leer <3
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