¡Hola, mis queridos lectores!
Espero que se encuentren bien y que estén
sobrellevando bien la cuarentena. ^^ El día de hoy les traigo la reseña de una
de mis lecturas preferidas del año pasado. ¡A leer!
Los ingrávidos (2011),
de la escritora mexicana Valeria Luiselli,
es una novela que me regaló una amiga en mi pasado cumpleaños y debo decir que
cuando me la dio, no pensé que me fuera a gustar tanto como lo hizo, así que en
este espacio le vuelvo a agradecer el obsequio, pues realmente quedé
maravillada con lo que encontré en las páginas de esta obra. ¿De qué va la novela? Pues bien, nos
encontramos con una mujer, la narradora, que empieza a escribir sobre ella, su
vida en la actualidad en la Ciudad de México con su familia, quienes no tienen
nombre, sino que son “el esposo”, “el mediano” (el hijo mayor) y “la bebé” (la
hija menor), y ella también carece de nombre y algún apelativo definido, pero
la vemos en todas sus facetas: mujer, madre, esposa y escritora.
«Ahora escribo de noche, cuando los dos niños están dormidos y ya es lícito fumar, beber y dejar que entren las corrientes de aire. Antes escribía todo el tiempo, a cualquier hora, porque mi cuerpo me pertenecía. Mis piernas eran largas, fuertes y flacas. Era propio ofrecerlas; a quien fuera, a la escritura.»
Ahora bien, de repente y casi
de inmediato, comienza a intercalar a esta redacción sobre su vida actual, sus
memorias. Me explico, ella empieza a escribir sobre su pasado, de cuando vivía
en Nueva York, era joven y trabajaba en una editorial (y donde todos tienen
nombre menos ella). Así es como poco a poco vamos viendo el contraste entre
cómo era ella antes y cómo es ahora, aunque hay un detalle importante que es
necesario mencionar: en su presente, ella dice que quiere escribir una novela,
de hecho, afirma que está escribiendo una, así que es muy probable que lo que
estamos leyendo sea esa novela. Si consideramos esto, aunado al hecho de que ella
confiesa que su esposo lee lo que escribe (o sea, lo que nosotros también
estamos leyendo) y que él le cuestiona al respecto para saber si es verdad y
ella responde que es ficción, pese a que luego en su relato se contradice y
afirma que hay verdad en todo ello. Aparte, al mismo tiempo en su
caracterización que ella hace de sí misma cuando era joven, destacan los rasgos
de mentirosa y cleptómana, así que aquí entra una gran incógnita: ¿es verdad o
no lo que estamos leyendo? Y se le suman otras preguntas: ¿lo que vivió en el
pasado es real?, lo que nos cuenta del presente, sobre su vida doméstica, ¿es verdad?
Y
la cosa se pone mejor cuando se introduce otro narrador: Gilberto Owen, un
poeta mexicano que formó parte del grupo de los Contemporáneos y que residió un
tiempo en Estados Unidos. Gilberto Owen también nos presenta dos relatos: uno
actual en el que ya está grande y cuya visión del mundo parte del desencanto, y
otra en la que, al igual que nuestra narradora, rememora cómo fue su juventud
en Nueva York durante los años 20, cuando convivía con otros poetas, como Lorca
y Zukofsky.
Pues
bien, todo esto se va intercalando a lo largo de la novela, fragmentos de la
vida de la narradora con su familia, sobre su juventud en Nueva York y del Owen
viejo y del joven. Los fragmentos son breves y eso ayuda a que la lectura sea
ágil y rápida, la obra fluye de maravilla y uno no puede dejar de leer, de
dejarse arrastrar con la prosa cautivante de la autora y con la peculiar historia
que está tejiendo que, aunque parezca que no está contando nada del otro mundo,
hay mucha profundidad en su interior. Hay unas frases y unos pasajes que, pese
a que se leen velozmente, bien valdría la pena detenerse en ellos y repasarlos
una y otra vez, analizarlos hasta el cansancio.
Como
ya mencioné, la duda sobre qué es verdad o qué es ficción siempre prevalece y,
me parece, que nunca se expresó mejor que aquí, eso de que los narradores en
primera persona son aquellos de los que más debe desconfiar el lector, pues al
leer se tiene una visión sesgada de los hechos al sólo conocer la perspectiva
individual de dicho narrador y, en esta novela, nuestra narradora dice mucho,
pero luego resulta contradictorio, así que, por lo tanto, la duda prevalece.
Esto es algo que me encantó de la novela, además de que se añade el hecho de
que cada tanto se nos recuerda que ella está escribiendo una novela, luego Owen
también desea escribir una, y es así como hay partes en las que se habla sobre
la creación literaria, cuál es la manera idónea para gestar esa novela, para ponerla
por escrito y para contarla, lo cual hace que esa duda sobre lo que se lee
tenga un significado importante. Todo lo anterior me parece un juego ficcional
al que el lector está invitado a sumarse.
«Jugamos a las escondidillas en esta casa enorme. Es una versión distinta del juego. Yo me escondo y los demás me tienen que encontrar. A veces pasan horas. Me encierro en el clóset y escribo párrafos larguísimos sobre otra vida, una vida que es mía pero no es mía. Hasta que alguien se acuerda de que estoy escondida y me encuentran y el mediano grita: ¡Encontrada!»
En
cuanto al título, me parece curioso, Los ingrávidos, de acuerdo con la RAE,
ingrávido quiere decir, por un lado, aquello que “no está sometido a la
gravedad” y, por otro, algo que es “ligero, suelto y tenue como la gasa o la
niebla”, y es en este segundo significado donde creo que hay que centrar la
atención, puesto que los narradores o personajes que creó Valeria Luiselli
tienen esta cualidad, la cual se revela en su forma de ser y de ver la vida,
más la manera en la que sus pensamientos los llevan a reflexionar sobre su propia
existencia y a ver más allá de lo meramente físico. Aparte, también lo
ingrávido se halla presente en el tema de los fantasmas, pues este libro
incluye muchos de ellos, aunque cabe aclarar que no son de los que suelen
asustar y que harían de esta una novela de terror, nada que ver. Aquí la
presencia de los fantasmas y las reflexiones sobre la vida y la muerte que
aparecen constantemente responden a otros fines y resultan muy interesantes.
«Lo que pocos entienden es que uno deja una vida para empezar otra.»
También
es una novela que, además de hablar de escritura, creación, fantasmas, la vida
y la muerte, le da importancia al tema de las relaciones interpersonales, ya
sean amorosas, carnales o espirituales. Se muestra cómo puede surgir la
confianza o la intimidad con el otro, la comprensión, el amor y la simpatía, o
el rechazo y la indiferencia, cómo es que somos seres individuales, pero sin
olvidar la parte que nos conecta con los demás, con nuestro entorno.
Ya
para concluir, Los ingrávidos me encantó, considero que es una novela
interesante, entretenida, profunda y cuya lectura se disfruta mucho. Se trata
de una obra para leer y regresar a sus páginas una que otra vez.
FICHA: LUISELLI,
Valeria, Los ingrávidos, México: Sexto Piso, 2019, pp. 146.
¿Conocían
esta novela o a la autora?
Gracias por
leer <3
¡Hola! Me alegra que te gustara la novela y fuera un buen regalo. Me llama la atención la parte que comentas de no saber qué es verdad y mentira, este tipo de cosas siempre me gustan, pero no parece el tipo de novela que escogería.
ResponderEliminarGracias por la reseña ^^
¡Un abrazo!
Gracias a ti por leer. :3
Eliminar¡Un abrazo!
Hola, genial que fuese un acierto este obsequio y que lo disfrutaras de esta manera.
ResponderEliminarPues particularmente la trama no llama mi atención, pues no es de lo que suelo leer, me gusta más el lado fantástico y aunque creo que sería interesante intentar descubrir la verdad entre la mentira o viceversa, por el momento paso de este libro.
Saludos.
Ataque Friki
¡Hola, Vanessa!
EliminarTe entiendo, si un libro no te llama, pues a otra cosa.
Un abrazo <3