¡Hola
a todos! Ya tenía mucho que no les traía una recomendación, así que me dije:
“este es el día”, espero les guste.
“Yo, Willy Wonka, he decidido permitir que cinco niños
–sólo cinco, y ni uno más– visiten mi fábrica
este año.”
(Fragmento de la publicación de Willy Wonka en
El Boletín de la
Tarde. Charlie y la fábrica de
chocolate, R. D.)
Roald
Dahl (1916-1990) fue un escritor británico de ascendencia noruega, aunque
incursionó en la escritura de varios géneros, es mundialmente reconocido por
sus obras infantiles y juveniles, su estilo se caracteriza por su humor negro y
el uso de escenarios grotescos. Entre sus libros más destacados se encuentra James y el melocotón gigante (1961), El Súperzorro (1970), Los cretinos (1980) y Matilda (1988). Muchas de sus obras han
sido adaptadas al cine, de hecho, él mismo adaptó Charlie y la fábrica de chocolate para el filme de 1971;
recientemente, Tim Burton dirigió una nueva versión de este clásico que se
estrenó en el año de 2005.
Charlie
y la fábrica de chocolate se publicó en 1964 y en un
principio los Oompa Loompas eran pigmeos africanos, lo cual generó controversia
por la idea de racismo y esclavismo que se estaba presentando, así que el
origen de estos seres que laboran en la fábrica fue cambiado. Como se mencionó
anteriormente, hay dos adaptaciones de esta novela, las cuales tienen algunos
cambios con respecto al texto, pero que en lo que cabe son fieles, en lo
personal, me gustan ambas.
Creo que todos conocen
la premisa de esta historia, pero si no es el caso, esta novela trata de que
los cinco niños que encuentren el billete dorado en alguna de las barras de
chocolate Wonka, tendrá la oportunidad de visitar la fábrica y hacer un recorrido
dirigido por el propio Señor Wonka, además de que alguno de ellos obtendrá un
premio especial; en esta búsqueda por los codiciados boletos, Charlie, quien es
tan pobre que sólo recibe una barra de chocolate al año, obtiene el quinto
boleto contra todo pronóstico.
En Charlie y la fábrica de chocolate Roald Dahl hace una crítica a la
crianza de los hijos, a través de la historia y de las canciones se evidencian
los vicios y las malas enseñanzas que los padres dan a los niños: los
afortunados que obtienen un boleto dorado son malcriados, soberbios,
consentidos y groseros. La excepción, desde luego, es Charlie, quien pese a ser
pobre tiene un corazón puro. Roald Dahl suele contraponer a los personajes para enfatizar sus características y remarcar el mensaje que
está dando.

Por otra parte, otro
aspecto destacable en la novela son los dulces que se mencionan, son apetecibles,
absurdos e imposibles como los sucesos que tienen que vivir los personajes, la
imaginación es un factor importante aquí; debo mencionar que por momentos los
dulces que se nombraban me recordaban a los que aparecen en el mundo de Harry Potter, constantemente me
preguntaba si J. K. Rowling leyó a Dahl y si se inspiró en esta obra para sus
muy peculiares golosinas (¡es que se parecen mucho!, ¿o es sólo cosa mía?).
Charlie
y la fábrica de chocolate es una historia que me gustó mucho
y que leí en un suspiro, Roald Dahl sabe cómo introducirte en la historia y
lograr que la disfrutes tengas la edad que tengas, aparte de que las
ilustraciones de Quentin Blake complementan muy bien el texto. Yo se los
recomiendo mucho, como les digo, aunque se trata de literatura infantil, Roald
Dahl es de esos autores cuyas historias tienen varias lecturas y que consigue
llegar a cualquier lector sin importar el número de velitas en su pastel de
cumpleaños; y su pluma lo vale, dicho sea de paso.
Yo siempre intento de
que esta sección sea breve y es rara la vez que lo consigo u.u En fin… Qué me
cuentan, ¿ya la leyeron o no?, ¿les llama la atención?, ¿han visto las
películas?
Gracias por
leer, los leo en los comentarios <3