¡Hola
a todos! ¿Cómo están?
Hoy les traigo la recomendación de un
clásico de la literatura española. Tres son las grandes novelas de adulterio que se
publicaron en el XIX: Madame
Bovary (1856) de Gustave Flaubert, Anna
Karenina (1877) de León Tolstói y La
Regenta (1884-1885) de Leopoldo Alas «Clarín». Esta última se diferencia de las otras en el hecho de que el autor le da mucha
importancia al carácter religioso del personaje.
La
Regenta es una obra que se publicó por entregas y consta de dos partes.
Esta novela nos introduce en Vetusta, lugar que funge como personaje y testigo
del desarrollo de un triángulo amoroso: Ana Ozores es la
esposa del ex regente, un hombre mayor aficionado a las comedias del Siglo de
Oro, no tiene hijos y vive atrapada en una vida que no quería; Álvaro de Mesía
es un don Juan, él es apuesto y un
seductor por excelencia; don Fermín, por su parte, ocupa un cargo eclesiástico
que le fue impuesto.
Ana Ozores, mejor conocida por la gente de Vetusta como la
Regenta, será la adultera de esta
historia. Todas las personas que habitan en la ciudad, ya sea
por una u otra razón, preparan el tablero en el cual ella es la pieza
fundamental que todos desean ver caer. Desde el inicio la virtud de Ana es
planteada como una torre inexpugnable, por lo tanto, no es de extrañar que a un
espíritu tan elevado se le desee mirar rebajado, humillado y con suficiencia
por el resto de las personas. A lo largo de la obra el lector espera el momento
en el cual Ana por fin sucumbirá ante sus pasiones, hay instantes en que parece
que el adulterio nunca se cometerá y otros en los cuales parece algo
inevitable, puesto que ella de alguna manera lo desea y espera. La única
incógnita es quién
será el elegido: ¿Mesía o el Magistral?
La Regenta es una obra
naturalista, esto quiere decir que va más allá del
realismo, el cual se caracteriza por presentar un retrato fiel de la realidad; el naturalismo
no sólo plasma la realidad exterior, también le da importancia a la interior,
el ser humano es diseccionado hasta el más mínimo detalle. Otro rasgo característico del naturalismo
es el determinismo, el destino de los personajes ya está determinado
y lo único que les queda es esperar a que suceda, sin embargo, en España este
rasgo no está tan completo, ya que aún prevalece la voluntad de
decidir, manteniendo así el libre albedrío.
Una vez dicho lo
anterior, esta se trata de una novela gruesa en la que abundan descripciones soporíferas
(¡páginas para describir una sala!) y cuya protagonista es insoportable,
así que seguro se estarán preguntando: “¿por qué nos recomiendas una obra
aburrida y pesada?”, bueno, pues porque la historia engancha y los personajes están bien
desarrollados. Una vez que te metes en la trama lo único que quieres
saber es qué va a pasar, mientras lees eres otro habitante más de Vetusta que
desea conocer el desenlace de tan jugoso escándalo. Pero la razón principal de
que la esté recomendado es que incluye a uno de mis personajes favoritos de toda la
vida: don Fermín de Paz.
El Magistral me
enamoró, poco a poco se fue ganando un lugar en mi corazón y cuando menos me di
cuenta ya lo defendía con uñas y dientes. Don Fermín tiene un alma atormentada,
él quiere que alguien lo comprenda y lo vea como un hombre. He de confesar que
el Magistral es el culpable de que tenga fantasías poco castas que involucran
confesionarios, ya sé, ya sé, seguro me iré al infierno.
Yo los animo a que le
den una oportunidad a esta obra, La Regenta es una joya de la literatura española que aborda temas
como el adulterio, la religión y la política, entre otros. Cierto
que en un principio la trama es lenta, pero conforme los capítulos avanzan la
historia cautiva a su lector. Si les gustan los triángulos amorosos, los
personajes complejos o si ya han disfrutado de Madame Bovary (me falta leer esta) y Anna Karenina, les recomiendo La
Regenta.
¿Qué opinan? ¿Ya la
leyeron? ¿Les llama la atención?
Gracias por leer; los leo en los comentarios <3
No hay comentarios:
Publicar un comentario