Reseña: Placeres de la noche, de Sherrilyn Kenyon

¡Hola, mis queridos lectores! ¿Cómo están? Yo aquí, tratando de ponerme al día con las reseñas, por lo que sí, la del día de hoy también es una de las tantas atrasadas. ¡Comencemos!

Placeres de la noche (Night Pleasures, 2002) viene siendo la primera novela de la serie Cazadores Oscuros de la prolífica escritora Sherrilyn Kenyon que ya cuenta con varias obras en esta saga sobre guerreros inmortales, parecidos a los vampiros, que defienden a la humanidad de los daimons, otros seres que también se parecen a los vampiros, aunque la trama generalmente se enfoca más en los asuntos amorosos y candentes de la pareja en turno. Previo a este libro se encuentra Un amante de ensueño (reseña AQUÍ), precuela de la saga y en la que no aparecen los cazadores oscuros, pero en la que sí se menciona y alude en gran medida al personaje principal masculino de Placeres de la noche: Kirian de Tracia.

Placeres de la noche (cuya portada es muy sugerente) nos presenta a Amanda Devereaux, una joven que no está a gusto con las extravagancias de su familia, a ella le gusta la normalidad y está determinada a aferrarse a tener una existencia común y corriente a como dé lugar, pero un buen día su estilo de vida da un cambio radical cuando de buenas a primeras amanece con la mano esposada a la de un hombre tremendamente guapo e irresistible, que no es otro que Kirian (alias Hunter), un cazador oscuro. Ahora tienen que permanecer juntos y la atracción desmedida que sienten el uno por el otro no se hace esperar. Pronto se descubre el motivo por el cual fueron esposados: un daimon, Desiderio, confundió a Amanda con su hermana gemela, Tabitha (quien gusta de cazar vampiros), y la capturó junto con Kirian, su intención, en pocas palabras, es jugar con ellos antes de darles caza.

«¿Qué tenía Hunter […]?

En el fondo lo tenía muy claro: era guapísimo, inteligente y heroico. Era misterioso y letal. Aun más, hacía que se le acelerara el corazón cada vez que la miraba con esa deslumbrante sonrisa.»

Amanda es contadora y aparte de tener una gemela, también es hermana de Selena Devereaux, la mejor amiga de Grace, la protagonista de Un amante de ensueño; Kirian, por su parte, como ya había mencionado, es amigo de Julian, un semidiós al que conoció cuando todavía era humano en la Antigua Grecia y que proporcionó varios datos sobre él en la novela anterior, por lo que no era un personaje desconocido, a diferencia de Amanda. En esta novela aparecen Grace y Julian y se muestra qué tal les va, de hecho, es Julian quien da la cátedra sobre qué son los cazadores oscuros, su origen, cualidades y debilidades, las clases que hay y la manera para liberarlos de su servicio a la diosa Artemisa, también explica la situación de los daimons, los enemigos de los cazadores oscuros; toda esta información es ampliada por la información que van aportando otros personajes.

Ahora bien, la autora sigue un esquema similar al de Un amante de ensueño: comienza con la presentación del galán en turno, en este caso Kirian, en el que exalta todas sus virtudes, entre las que destacan su fuerza, belleza y sensualidad, lo caracteriza como un hedonista y en pocas líneas delinea la trama que se desarrollará en las siguientes páginas; la protagonista encarna una contradicción, Amanda rechaza la magia y todo lo que tenga que ver con cosas sobrenaturales, pero ella es sumamente poderosa; el ex novio de la chica es un patán, lo cual ayuda a que el contraste con el prospecto amoroso que raya en la perfección se acentué más; el pasado del personaje masculino es digno de una tragedia griega, que se va contando paulatinamente y que se presenta como contrapunto del presente; el amor y la pasión son instantáneos, aunque aquí se comienza a matizar esto y, a diferencia de lo que me pasó con Julian y Grace, en esta ocasión me pareció más convincente; otro rasgo en común es que ella es la encargada de salvarlo; y, no tan importante, pero que me resultó curioso que en ambas obras el primer capítulo comenzara con una charla entre la protagonista y alguien cercano acerca sobre su vida privada.

«Lo deseaba de un modo que iba más allá de todo razonamiento. Apenas se conocían y aun así había un vínculo entre ellos.

Observó los ojos oscuros que la miraban con pasión y deseo. Él era lo que su madre llamaba “la otra mitad”.»

Uno de los puntos en los que me gustaría profundizar es el siguiente: al igual que en Un amante de ensueño, Kirian era increíblemente guapo y sexy, y parecía ser razón suficiente para atraer inevitablemente a la protagonista, otro motivo por el que la relación amorosa no me parecía muy creíble, por lo que me gustó que la autora manejara mejor este aspecto al mostrar que no es sólo la belleza la que provocaba tal tipo de atracción desmedida, sino que había algo más que justificaba acertadamente la situación, lo cual le dio un plus a la novela y que no me hizo rodar tanto los ojos cada vez que se decían cosas cursis o actuaban como tortolitos en menos de una semana.

«Se quedó mirando fijamente ese cuerpo perfecto […]. Y aunque el hombre era pecaminosamente guapo, de algún modo extraño, no se sentía atraída por él.»

En cuanto a la trama, se enfoca más en el desarrollo de la relación amorosa, mientras que la presencia del antagonista y su deseo de destruir a Kirian y apoderarse de Amanda son pobremente tratados y parece más un pretexto para unir a los dos personajes e introducir al lector en el mundo de los cazadores oscuros, ya que el gran momento del enfrentamiento, por ejemplo, quedó muy flojo considerando que al rival lo pintaban muy peligroso e invencible. Con respecto al aspecto erótico de la novela, creo que no tengo ninguna queja, me gustó la tensión sexual que hay entre Amanda y Kirian y la autora, obvia y definitivamente toma mucho en cuenta a su principal receptor, que es el público femenino.

Finalmente, Placeres de la noche lo disfruté bastante, fue una lectura ligera y adictiva, la autora pulió algunos detallitos sobre la relación amorosa que la hicieron más creíble a mi modo de ver, además de presentar adecuadamente todo lo relacionado a los cazadores oscuros, incluso introdujo personaje que serán importantes en entregas posteriores para que te intereses en ellos y te sientas atraída a leer sus respectivas historias –en lo personal le tengo echado el ojo a Aqueron, me dejó intrigada y ya quiero saber más de él–. Otra característica que también me agrada es que el narrador es en tercera persona y se puede saber lo que piensan ambos personajes. En conclusión, Placeres de la noche me gustó mucho, divertido, entretenido y con su buena dosis de drama.

FICHA: KENYON, Sherrilyn, Placeres de la noche, traducción de Ana Isabel Domínguez Palomo, México: Debolsillo, 2009, pp. 380.

¿Les llama la atención? O ¿Ya lo leyeron?

¿Han leído algún otro libro de la saga?

¿Cuál es su favorito?

Gracias por leer <3