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jueves, 30 de junio de 2016

Jueves de poesía: Miguel Hernández

¡Hola a todos! Hoy es ese día de la semana en la que toca hablar de poesía, en esta ocasión les hablaré brevemente de Miguel Hernández y les pondré uno de sus poemas más conocidos.


 La Guerra Civil (1936-1939), grosso modo, es un choque de bloques ideológicos y sociales. En este marco, la poesía y la cultura en general estuvieron al servicio de los combatientes; las creaciones literarias se transformaron en una nueva arma que podía ser esgrimida en la guerra contra el adversario, por lo tanto también podía ser considerada como una causa de muerte. Tal es el caso de Miguel Hernández (1910-1942), quien participa en la Guerra Civil escribiendo y leyendo en la radio, motivos que lo llevaron a ser encarcelado y a su posterior muerte.
Miguel Hernández nació en Orihuela, Alicante, al ser hijo de una familia humilde tuvo que desempeñar el oficio de pastor de cabras, labor que combinó con la lectura y la escritura de versos. Desde joven se vio atraído por las letras, gracias a la intervención del canónigo Luis Almarcha Hernández y de su entrañable amigo Ramón Sijé, Miguel pudo dedicarse con ahínco a su labor como poeta. Su vida personal y la etapa histórica que le toca vivir, permearon su abundante obra poética.  Pese a que no perteneció a ningún grupo poético en concreto, Dámaso Alonso lo describe como el “genial epígono de la Generación del 27”.
La obra poética de Miguel Hernández siempre ha estado estrechamente vinculado con su vida personal: desde sus primeros versos de adolescencia en las que su vida campestre se reflejaba en el papel hasta en su última época donde el desencanto ocasionado por la guerra inunda sus textos. Otro rasgo notable en su poesía es  la evolución en cuanto a forma y contenido, en un inicio hay un Miguel Hernández que se preocupa por la métrica y demás, pero posteriormente el contenido será lo que quiera magnificar en obra.
A continuación les transcribo uno de sus últimos poemas: “Nanas de la cebolla”, escrito en la cárcel y dedicado a su hijo, este poema nace después de que Miguel Hernández recibiera una carta de su esposa en la que le dice que lo único que comían era pan y cebolla.


La cebolla es escarcha 
cerrada y pobre. 
Escarcha de tus días 
y de mis noches. 
Hambre y cebolla, 
hielo negro y escarcha 
grande y redonda. 

En la cuna del hambre 
mi niño estaba. 
Con sangre de cebolla 
se amamantaba. 
Pero tu sangre, 
escarchada de azúcar 
cebolla y hambre. 

Una mujer morena 
resuelta en lunas 
se derrama hilo a hilo 
sobre la cuna. 
Ríete niño 
que te traigo la luna 
cuando es preciso. 

Tu risa me hace libre, 
me pone alas. 
Soledades me quita, 
cárcel me arranca. 
Boca que vuela, 
corazón que en tus labios 
relampaguea. 

Es tu risa la espada 
más victoriosa, 
vencedor de las flores 
y las alondras. 
Rival del sol. 
Porvenir de mis huesos 
y de mi amor. 

Desperté de ser niño: 
nunca despiertes. 
Triste llevo la boca: 
ríete siempre. 
Siempre en la cuna 
defendiendo la risa 
pluma por pluma. 

Al octavo mes ríes 
con cinco azahares. 
Con cinco diminutas 
ferocidades. 
Con cinco dientes 
como cinco jazmines 
adolescentes. 

Frontera de los besos 
serán mañana, 
cuando en la dentadura 
sientas un arma. 
Sientas un fuego 
correr dientes abajo 
buscando el centro. 

Vuela niño en la doble 
luna del pecho: 
él, triste de cebolla, 
tú satisfecho. 
No te derrumbes. 
No sepas lo que pasa 
ni lo que ocurre. 

Acá les dejo un video de Joan Manuel Serrat en el que canta estos hermosos versos y concuerdo con lo que dice al inicio. Las “Nanas de la cebolla” es un poema hermoso que te estruja el corazón, a mí siempre me gana el sentimiento cuando lo leo, más cuando pienso en las condiciones en las que Miguel Hernández lo escribió, en los padecimiento de él y su familia y de toda la gente que le tocó vivir durante la Guerra Civil y los años de la posguerra.


Espero les haya gustado la entrada del día de hoy.
¿Ya conocían a Miguel Hernández? ¿Lo han leído?
Ya saben que sus comentarios siempre son bien recibidos :D
Gracias por leer <3

11 comentarios:

  1. No lo conocía, pero no me ha desagradado, gracias por tu entrada,,,

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  2. No lo conocía, pero no me ha desagradado, gracias por tu entrada,,,

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  3. Hola! que lindo, cuando era pequeña amaba la poesía, pero la dejado muy de lado, espero volver a retomarla, saludos! :)

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    Respuestas
    1. ¡Hola, Catherine!
      Ojalá la retomes ^^ A veces viene bien leer un poema de vez en cuando.
      ¡Abrazos!

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  4. Hola guapa!
    Me encanta Miguel Hernández antes era una apasionada de la poesía, me gustaba mucho leerla, aunque si es cierto que ahora la tengo bastante dejada, me gusta mucho como Serrat canta la Nanas de la cebolla. Besotes

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    1. ¡Hola, Violeta!
      No sabes qué gusto me da encontrar a otra persona que le gusta Miguel Hernández <3
      ¡Abrazos!

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  5. Hola!
    La verdad que no soy mucho de leer poesía, pero me alegro de que a ti te guste :D
    Un beso!

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    1. Gracias por comentar ^^ Dale una oportunidad a la poesía, puede llegar a sorprenderte, además es como las novelas, hay para todos los gustos :D
      ¡Abrazos!

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  6. ¡Hola!

    Quiero decirte que te he nominado a Best Blog :D
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    Un besito!

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